3 de fev. de 2009

Los afrobolivianos

Los Afrobolivianos

En el Altiplano el esclavo negro hace su presencia en la conquista del Nuevo Mundo, desde los primeros instantes. En 1529, cuando Francisco Pizarro, llegó por primera vez a la costa Peruana y ordenó a uno de sus hombres que saltara a tierra para observar el pueblo de Tumbez, Alfonso Molina, quien fuera escogido para ésa misión, desembarcó acompañado de un esclavo suyo, causando mucha impresión en los nativos, que intentaron infructuosamente lavarle el color de su piel .
Es posible que Pizarro en la Isla del Gallo, llevara consigo por lo menos un negro que fue testigo de su espectacular gesto , cuando desesperado al ver que sus hombres le abandonaban, poniéndose frente a la soldadesca sacó su espada y trazó una línea sobre la arena húmeda de la playa y con voz ronca dijo: "por aquí se va al Perú a ser ricos, señalando el lado de la línea que quedaba hacia el Sur.... "por allí, dijo señalando hacia el Norte", se va a Panamá a ser pobres! Escoja el que sea buen castellano, lo que más le estuviere!. En 1535, los primeros conquistadores que pisaron el Altiplano Colla estaban a órdenes de Diego de Almagro y en número de 570 españoles 150 negros, de 10 a 15.000 indios y 112 caballos, bordearon el Lago Titicaca y llegaron al valle de La Paz, luego cruzaron de Norte a Sur todo el Altiplano y llegaron hasta Tupiza, luego descendieron al valle de Salta, hambrientos desmoralizados decidieron cruzar las montañas de los Andes y bajar a la costa del Pacífico.
En una desastrosa travesía murieron en esa larga jornada 1500 indios, dos españoles y 150 negros sepultados por las nieves y abrumados por la altitud. Después de haber viajado 2 años y haber recorrido mas de 24000 millas sobre mesetas frías, cumbres nevadas y desiertos arenosos y candentes, los Almagro regresaron al Perú, hambrientos, harapientos. Todos los negros murieron en dicha empresa. Esta es la primera "debacle" masiva, que sufren tantos esclavos en las alturas.
Aún no se había descubierto el Cerro de Potosí, como emporio de una fabulosa riqueza, capaz de colmar todas las expectativas de cualquier ambición.
De ésa época inicial de la conquista, queda el nombre de una esclava negra que llevó el apellido, nada menos que de Almagro. Fue Malgaricha de Almagro, que acompañó a su amo en las marchas hacia Chile y con mucha lealtad lo que derivo en su libertad. Años mas tarde la liberta, institucionalizando un sistema de oraciones por el alma del adelantado y fundando con ese objeto una capellanía. Fue la única sobreviviente de toda esa empresa, todos los demás fallecieron, por los rigores de la altura y el frío de las montañas nevadas.
El esclavo Africano estuvo presente en el Nuevo Mundo desde el comienzo de la conquista y siguió viniendo como tal, en forma ininterrumpida por disposición de sus amos, por mas de tres siglos.
Entre los vacilantes intentos de reformar el sistema de la Mita en Potosí, estuvo la consulta hecha por el Consejo de Indias al Virrey del Perú Don Luis de Velasco en 1601 para dar al indígena libertad de opción para trabajar en las minas, transfiriendo esa pesada carga a los esclavos, que serían importados expresamente para cubrir el vacío que dejarían aquellos en los socavones y galerías. El intento no prosperó y hasta ahora no se han presentado pruebas de que los negros hubieran llegado a ser empleados en el trabajo minero.
Se trata de minas situadas en las regiones elevadas de la Cordillera de los Andes, con alturas de más de 4.000 metros (el Cerro de Potosí se levanta hasta los 4300 metros sobre el nivel del mar), es difícil que allí se produjera la aclimatación de personas originarias de las tierras bajas y tropicales del África.
Más aún cuando esas personas portaban una noxa que debería hacer crisis, precisamente en esas alturas. Su debilidad frente al trabajo rudo de las minas en las alturas salvó de esa carga a los negros.
Pero fueron empleados en los ingenios mineros; donde las tareas eran menos agotadoras que en los socavones, y en general a alturas menores. No hay pruebas de su presencia frente a las vetas de los minerales de la región andina.
A propósito de ésta disposición, Miguel Agía citado por Crespo Rodas, decía poco después: que la experiencia ha demostrado, que los negros no son para trabajar en la tierra fría .....! es cosa cierta que se habían de morir.
Inge Wolf menciona una cédula dictada en 1608 por la audiencia de Charcas que expone el criterio opuesto: "no solo destinar a los negros al trabajo en el interior de los socavones, sino también en las faenas menos pesadas de fundición, en vista de las experiencias negativas recogidas en el pasado".
Gallinazo no canta en Puna: Es una sentencia popular, limitante, preventiva, muy contundente y que en transmisión oral es mantenida, desde los tiempos coloniales, entre los negros habitantes de los Yungas del Departamento de La Paz en Bolivia.
Alude al peligro, que significa para los sujetos de color, el transmontar la Cordillera y arribar al Altiplano (4.000 metros sobre el nivel del mar).
Es probable que los sujetos de color que pretendían llegar a la ciudad de La Paz y de allí a los centros mineros altiplánicos en busca de trabajo, se enfermaran y hasta morían, sobre todo si tomaban el rumbo que lleva a la cumbre, por donde fue trazada la vía férrea, por Hichuloma o a la vía carretera, por Unduavi.
Recordemos que los sujetos negros que arribaron a comienzos de la Conquista acompañando a los españoles como esclavos, después de partir del África y de larga travesía marítima, llegaban a las Islas del Caribe, (Cuba, Haití, Martinica, etc.), tocaban el continente en Panamá, Venezuela, siguiendo un trayecto terrestre arribaban a Nueva Granada o Colombia, siguiendo por mar hasta el Callao (Perú), y tal vez Arica. Así llegan al Altiplano, descienden a La Paz (Bolivia) y desde aquí jalonados por los Obrajes toman el Río Abajo.
Siguiendo al río Choqueapu, luego el Río de La Paz, los conduce, por Luribay o Palca hasta la Plazuela, Irupana, Chicaloma. Vuelven a subir hacia Coroico, Chulumani (Yungas bolivianos de clima tropical o semitropical y de altitudes menores a los 1200 m snm), donde se van diseminando para trabajar siempre bajo la férula de sus amos, para luego ser empleados en cultivos de frutos tropicales, quina, coca, cítricos, etc.
Llevan en su sangre, características biológicas de la pureza de su raza, por tanto son homocigotes o heterocigotes con alta proporción patológica de Hb "S" en los glóbulos rojos. Varios de ellos enferman la anemia Falciforme, otros son portadores del rasgo en menor proporción y sobreviven, pero siempre son susceptibles de que en condiciones de hipoxia, frío, acidosis y stress puedan deformar sus glóbulos rojos y en esa condición entrabarse, aumentando la viscosidad sanguínea y la densidad de su sangre y taponando los pequeños vasos, causen las trombosis y los infartos característicos del Falciformismo.
Esos sujetos viven pocos años, hasta los 20; y si salen de Yungas hacia las alturas, corren el peligro de presentar las Crisis Falciformes", enfermarse gravemente y morir al poco tiempo de su arribo.
Sujetos que llevan la hemoglobina "S" en poca proporción, son generalmente mestizos, mulatos o zambos que llevan el rasgo y que en las condiciones señaladas, características del altiplano, pueden tener la crisis dolorosas.
La comparación con el gallinazo, es porque se trata de un ave rapaz de color negro que se alimenta de la carroña, de animales muertos, de vida estacionaria, actitud expectante, radicados en parajes de Yungas. Nunca su vuelo es alto ni prolongado, apenas remonta unos pocos metros con unos aleteos. Ni asomo de comparación al Condor de los Andes, menos de las aguilas. El gallinazo no tiene ambiciones de altitud sus proyecciones de explorar, sólo abarca su entorno rutinario, muy rara vez se ha visto algún gallinazo en el Altiplano.
No hay sentencias de éste tipo en otros grupos raciales y tan circunscritos a un ambiente geográfico como este. Es remarcable su focalización a la Puna y su alusión a una posibilidad vital, emergente de la gravedad del cuadro.
En los Yungas: Las localidades de Coroico, Mururata, Chicaloma, Chulumani, Irupana, Tocaña, etc. Son de población negra. Existen algunos resabios en Chuquisaca, Mizque, Santa Cruz, Tarija, pero ninguno firme en otros sitios del país, menos en el Altiplano, y ninguno en Potosí.
Todos los mulatos refieren antecesores en los Yungas.
Actualmente los negros salen asiduamente a La Paz. Hemos logrado calcular el porcentaje de incidencia de portadores de Hb. "S" en la población negra de los Yungas en apenas un 7.2% frente al 10% incidente en Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y un poco mayor el 15% en Cuba y Haití.
Esas proporciones significan una prueba del mestizaje que experimentó la raza negra. Así como el hecho de que el rasgo hereditario de los recién llegados en los primeros tiempos de la colonia, directamente del Africa alcanzaban más de un 40% de incidencia, con la pureza de su raza, al ser de súbito transplantados en el Altiplano después de haber sido arrancados a la fuerza desde sus fuentes originarias africanas, tenían que sufrir las consecuencias inmediatas.
La Poca cantidad de sujetos de Yungas (unos 10.000) y la baja incidencia de positividad de Hb "S", nos está demostrando que existió un gran mestizaje entre blancos e indias que comenzó desde el primer momento del descubrimiento. Transcurrió cerca de un siglo hasta que los blancos trajeran mujeres e hijas. El mestizaje entre el blanco y su esclava negra también fue un hecho inmediato, más aún en Potosí, sitio en el cual, un mestizaje entre negros y nativas era casi imposible; por que estaban limitadas a las casas de los señores potentados, que podían haber adquirido esclavas. Por ello es que aún persisten descendientes mulatos de blancos y negros en familias burguesas.
Las migraciones de negros en las zonas tórridas y templadas como los Yungas bolivianos, ofrecían a los esclavos negros una actividad más abierta; familias o parejas de negros podían reproducirse y aún era posible el cruce entre nativas con negros, de ahí surgen mestizos, prietos, mulatos, zambos.
En estas zonas los núcleos de raza negra sobreviven en condiciones similares a las de su habitad natural, no desaparecen, por el contrario son cada vez más numerosos.
La intolerancia a la altitud, está expresada en un alegato, aunque rara vez efectivo, para tramitar el cambio de amo; cual era la intolerancia de un esclavo frente al clima de rigor extremo y muy distinto al de su medio natural africano. Aunque se ignora si se trataba de una causal atendible. En la práctica, en todo caso, el camino estaba abierto para el intento.
Por lo menos hay un caso, cuando el marido de la esclava María Antonieta Alcayde y padre de un niño llamado Jerónimo, se presentó a la Autoridad Eclesiástica de La Paz, pidiendo se obligara al Licenciado Marcos Pardo de Figueroa, (que era cura de Calamarca) a vender a su esclava, la madre y al hijo" a causa de que no podía sobrellevar el temperamento del pueblo". La Paz, 16 de Septiembre de 1797.
PRESENCIA Y AUSENCIA EN POTOSI
Es evidente que al comienzo del coloniaje llegaron muchos negros a Potosí, muchos murieron y su reproducción fue escasa. Lo contrario sucedió en otros países vecinos y del Continente, donde la población negra es importante, tanto que parece a momentos, que fueran una prolongación del África. (Por ejemplo en el Brasil el 40% de su población es de raza negra) .
Lo cierto es que a Potosí, llegaron importantes migraciones forzosas, un mercado de remate era habitual en dicha ciudad a pesar del elevado precio que tenía un esclavo. Además se conocían traficantes que recibían partidas importantes.
En ese tiempo en Cuba, un esclavo podía venderse en 30 veces de lo que había costado en África, es decir, entre 80 y 100 pesos o ducados. Era una "mercadería" que se adquiría en las costas africanas a cambio de armas, machetes, tejidos y cuentas de colores y que una vez conducidos a la América, era alto ese precio. En Potosí costaban ente 450-700 pesos. . El siglo XVII y XVIII era el mas esclavista del mundo.
De los miles de sujetos negros que arribaron, vivieron y trabajaron en Potosí no quedan sobrevivientes. Este hecho de por sí debe llamar a la reflexión en sentido de buscar un proceso patológico o epidémico importante.
Contestando esa interrogante, señalemos que Potosí tuvo las condiciones óptimas para que el transtorno de la Hb "S" o Falciformismo surtiera el efecto que estamos señalando.
En 1535, se observan los primeros sujetos de color en el Altiplano y se registran las primeras víctimas, que pasan del centenar en la expedición de Almagro.
En 1557, trece años después del descubrimiento de la plata en el afamado cerro de Potosí, después de una nevada que duró 8 días, se levantó un viento tan delgado y penetrante que por la escasa protección que ofrecían las viviendas fallecieron 18 esclavos negros.
Es bueno recordar que los esclavos adquiridos, estaban escogidos por su juventud y su estado de aparente buena salud. Algo fuera de lo común tenía que haber producido esa mortandad.
"En base a la riqueza fácil que regalaba el cerro, se levantaron las primeras iglesias, luego por necesidad, la propia Corona daría impulso a la construcción de la primera casa de amonedación que se ubicó en la plaza del Regocijo. Poco se sabe sobre la historia de la primera casa de la moneda que empezó a funcionar alrededor de 1572".
En 1573, el Virrey Toledo instituye el sistema de la Mita.
En 1611, un empadronamiento ordenado por la Audiencia de la Plata, dio cifra de 160.000 habitantes. En detalle ese censo señala:
En Potosí: 66.000 indios, 35.000 españoles, 40.000 forasteros y extranjeros y 6.000 negros, mulatos y zambos de ambos sexos (3.9%). Al parecer fue la mayor población alcanzada por la ciudad ya que la explotación del cerro estaba en su apogeo.
En 1719 la población era de 70.000 habitantes, los negros esclavos y libres, zambos y cuarterones llegaban a 3.209 o sea el 4.56% pero se habían reducido los habitantes en forma importante, a menos de la mitad.
En 1750, se inicia la obra proyectada para la actual Casa de la Moneda, el arquitecto Villa pedía al Superintendente Satelices y Venero" para que tiara los hilos y comenzar la obra de la Casa de la Moneda en la plaza del Gato, la misma que concluiría en 1773.
Para esa fecha, una calle paralela (la actual calle Junín), abierta entre la Catedral y el Colegio Pichincha, habría de tomar el nombre de "la calle de la Pulmonía". El viento del Tomavi, que se origina en Uyuni y que al llegar a Potosí en fila por un desfiladero que forma dicha calle ocasiona que en la jerga popular, haya recibido ese apelativo.
Sin embargo, tal nombre tuvo que originarse y consolidarse por los sujetos que presentando tal cuadro patológico (con la típica expectoración numular, purulenta y/o, sanguinolenta) de la pulmonía o el infarto pulmonar, frecuente en sujetos de color que merodeaban los alrededores de la Casa de la Moneda, tanto durante el tiempo de su construcción, cuanto en el que sujetos de color vivieron y trabajaron en dicha fortaleza. Cualquiera que fuese el origen de tal nombre, Potosí es la única ciudad en el mundo que tiene una calle con tan insólita denominación y de sugerente contenido patológico.
En 1793 en Cochabamba el gobernador intendente Francisco de Viedma hizo un censo en dicha ciudad, que tuvo las siguientes características: 23.305 habitantes, 6.238 españoles, 12.980 mestizos, 1.182 indígenas, 600 mulatos, 175 negros.
En 1807, en el curato de Potosí sobre un total de 13.700 personas estaban registrados 459 negros y 502 pardos, que representaban el 7% .
A fines del siglo XVIII aproximadamente 13.000 habitantes vivían en Chuquisaca, de éstos 4.000 eran españoles, 3.000 mestizos, 4.500 indios y 1.500 negros y mulatos (31) dicha ciudad había sido fundada en 1539 por Pedro Anzures de Campo Redondo.
También en La Paz en los siglos XVII y XVIII la población de esclavos negros tenía en su mayoría una edad media de 10 y 20 años de edad.
Los que tenían 20-30 años, llegaban al 32,3% y de los de mas de 30 años apenas llegaban al 17.1%. Se concluye que sólo el 17.1% de toda la población a 3.600 metros sobre el nivel del mar, tenía una aspiración de vida mayor de los 30 años. La mayoría había muerto a una edad menor, que es coincidente con la sobrevida general de los sujetos con anemia falciforme, que apenas logra sobrevivir hasta los 20 años, según escrituras de venta de los escribanos de La Paz.
Según cómputos de fines del siglo XVIII América tenía:
- 16:902.000 habitantes
- 3:726.000 blancos
- 7:530.000 indios
- 5:310.000 mestizos
- 780.000 negros
Joseph B Pentland, un agente consular Británico en 1826 había recogido información sobre el país. Así un cálculo demográfico llevado a cabo por el gobierno estimaba la población total de Bolivia entre 1.100.000 y 1.200.000 habitantes. De ése número unas 200.000 personas eran de ascendencia española, las tres cuartas partes de la población, (es decir unos 800.000) eran indios, los cholos o mestizos llegaban a 100.000 individuos, los de raza negra llegaban a 7.000 de los que 7.000 seguían como esclavos .
Analizando éstos datos es patética la disminución de negros en Potosí, hasta su actual total desaparición.
Por el contrario, es notable el incremento de sujetos negros que en algunos sitios sustituyeron a los nativos hasta lograr su total erradicación, como sucedió en Haití y Cuba, la Martinica, Jamaica, Bahamas y sobre todo en lo que primero fue la Española o Haití donde existiendo numerosa población de nativos, por efecto de enfermedades portadas por españoles y negros, tales como la viruela y el sarampión, produjeron mortandad, semejante a una masacre .
Pobladores de esas islas desaparecen y son suplantados por negros en su totalidad. La viruela tal y como lo señalamos anteriormente, tiene un papel estelar en ese cambio demográfico. Los esclavos negros que llegaron con los conquistadores estuvieron vinculados a las actividades mineras, agrícolas y ganaderas. Vivieron con sus señores, junto a sus habitaciones, haciendo de fieles agentes del servicio. Deambularon con sus camas por calles y caminos, no solo como simples acompañantes, sino como factores de prestigio y status social de quienes iban sobre sus espaldas, bajo su paraguas o bajo su vigilancia. Estuvieron presentes en levantamientos y conflictos, ellos fueron el eje de una ideología, la de la esclavitud y su consecuencia, la imperiosa ansia de libertad.
Es sugerente lo que escribió un esclavo llamado George King, liberado en Carolina del Sur (EE.UU.) "El amo nos dijo que éramos libres, pero eso no significa que seamos blancos y no supone que seamos iguales".
O este cantar que resume esa inquietud: "Mi abuela vino del África a criar al Libertador", "Bolívar agradecido, libertó a mi nación".
En Potosí acompañaron a los Vascongados, que eran comerciantes, perseverantes y trabajadores. Por lo mismo los españoles tenían en sus manos, las estructuras socio - económicas, por lo tanto tenían esclavos como prueba de su status. Eran guardaespaldas, capataces y agentes custodios de los bienes de es núcleo racial y regionalista de España.
Frente a ellos agrupando a castellanos, extremeños y andaluces estaban los vicuñas, además de los criollos, más dedicados a la aventura, al ejercicio de las armas y de menguados recursos económicos.
Por todo ello en la guerra civil de influencias, poderes y prerrogativas que se desató en Potosí, los esclavos llevaron la peor parte, pues ellos eran víctimas indirectas de esa guerra. Murieron por centenares, según ocho citas expresas de Bartolomé Arzans y Vela, que demuestra, al parecer, otra importante causa de mortalidad, además de la señalada en el plano de la salu.
Potosí fue el botín de la Conquista, alrededor del Cerro Rico existe un filón histórico que aún no ha sido completamente recogido ni explorado.
De comienzo a fin los españoles que explotaron los yacimientos de plata estuvieron acompañados de sus esclavos negros adquiridos a precios altos gracias a las riquezas que les brindó sin retaceos el fabuloso cerro, que bien podía ser, como lo sugirió Arzans y Vela la octava maravilla del mundo.
Por esa condición los sujetos negros corrieron la misma suerte que sus amos en la hora de las querellas ambiciosas que buscaban hegemonía para explotar el cerro. A la hora de la Guerra de la Independencia (de los 15 años) y aún en los primeros años de la República, Potosí fue cercada, asaltada y saqueada a expensas de sus habitantes mineros y de la Casa de la Moneda donde se fundía y traducía en dinero el argéntico producto que inundaba el mundo: la Plata. La Guerra civil de Vicuñas y Vascongados (1622-1625), las guerrillas, los ejércitos auxiliares y los caudillos de la República, alejaron de su seno a los mineros españoles y por tanto a los esclavos negros .
La contribución de la raza negra debe ser valorada en cada momento de la historia. El aporte a la ganadería continental, en los primeros tiempos de la colonia, tiene un valor incalculable. En ese momento eran depositarios de una tradición pastoril, extraña al indígena. Sin embargo, definitivamente, no tenían una tradición minera adaptable a Potosí.
Existe una autojustificación moral, religiosa y jurídica elaborada por el estado y la sociedad que se beneficiaba con la esclavitud, pero ni por asomo con la "Visión de los vencidos".
Desvanecida su figura por un largo cruce con otras razas fundamentales de América: la española y la indígena, interrumpida la llegada de nuevos aportes africanos desde comienzos del siglo XIX, víctimas de la hostilidad del clima de las regiones altas a donde se lo trajo a trabajar, el negro queda ahora en Bolivia, apenas como la imagen intemporal de un pasado perdido.
Sin embargo fue durante más de 2 siglos y medio, un elemento esencial de la colectividad llamada hoy boliviana, con el grillo al pie, el azote en las espaldas. "Fue el gran colonizador del Nuevo Mundo, cultivador de coca en las laderas húmedas de los trópicos, peón en las haciendas de los valles de Tarija y Chuquisaca, sirviente doméstico en las ciudades, trabajador en los ingenios mineros, acuñador en la Casa de la Moneda de Potosí".
Ningún negro fue dueño de las centenares de minas o socavones de explotación. Pese al costo pagado en vidas, lágrimas y sufrimientos, ninguno enriqueció con la plata del Cerro Rico de Potosí.

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